




Implantes
Preguntas frecuentes
Los implantes dentales en su gran mayoría están fabricados con titanio quirúrgico, material que ha demostrado ser biocompatible, bioinerte, estable, con capacidad de integrarse con el hueso (osteointegración) y muy buena tolerancia por parte de los tejidos blandos.
Es un metal que no ha demostrado ninguna reacción tóxica ni irritativa sobre el tejido vivo, esto quiere decir que el organismo no lo reconoce como extraño. Por tanto, las posibilidad de que produzca una reacción de rechazo o de alergia a este tipo de material es sumamente improbable.
Sin embargo, durante los meses siguientes a su colocación, los implantes pueden sufrir complicaciones que deriven en la falta de osteointegración y, por tanto, pueden tener que ser retirados. Estas situaciones, aunque escasas, suelen deberse a razones como: infecciones de la zona operada, deficiencias en la vascularización, alteraciones en los procesos reparativos del organismo como los que son frecuentes en fumadores y estrés o sobrecarga funcional cuando soportan una prótesis.
El tabaco puede influir muy negativamente en los resultados de los tratamientos con implantes dentales, incluso en aquellos casos en los que no existe ningún otro factor de riesgo adicional.
Entre los efectos negativos del tabaquismo, podemos citar que produce una disminución del aporte sanguíneo al hueso, a la encía y a la mucosa que lo rodea, altera las características de los tejidos blandos de la boca, retarda la cicatrización, facilitando las infecciones de las zonas operadas y disminuye la capacidad de reparación de las lesiones al actuar sobre las distintas células que intervienen en ella.
Todo ello hace que hoy sepamos que el porcentaje de implantes fracasados en pacientes fumadores es mayor que en no fumadores.
Uno de los requisitos para lograr la osteointegración es la necesidad de que el proceso se produzca sin interferencias externas. Algunos de los factores que pueden perjudicar a este proceso son los siguientes: Las infecciones: Los pacientes con higiene bucal descuidada y sobre todo aquellos que sufren enfermedades periodontales (piorrea), tienen mayor riesgo de poder sufrir contaminaciones bacterianas de los implantes. Las cargas sobre los implantes: Con frecuencia las fuerzas aplicadas sobre los implantes durante la osteointegración pueden interferir con el proceso normal que conduce a la integración entre implante y hueso; este riesgo es máximo en las personas que durante este período son portadoras de prótesis provisionales apoyadas sobre los propios implantes o sobre la encía que recubre los implantes. El hábito de fumar: Los fumadores tienen mayor riesgo de sufrir complicaciones, ya que los elementos nocivos del tabaco afectan al proceso normal de osteointegración. De hecho, la mayoría de las complicaciones de los tratamientos realizados con implantes dentales se dan en pacientes fumadores. Evitar estos factores de riesgo depende de usted mismo; su odontólogo le aconsejará como hacerlo. Siga sus instrucciones y acuda a las revisiones que establezcan para el adecuado control de su caso particular.
La diabetes es una enfermedad metabólica que altera ciertas funciones del organismo, entre ellas la capacidad de respuesta frente a las infecciones. No es aconsejable colocar implantes en pacientes con la enfermedad no controlada, pero si lleva un buen control de la misma, el paciente responde con buenos resultados y sin complicaciones. De todas formas, en estos pacientes es conveniente que el protocolo de evaluación previo al tratamiento y de control posterior sea más exhaustivo.
Los implantes dentales en las primeras semanas de su colocación son retenidos en el hueso gracias a la estabilidad primaria del implante en el lecho óseo. A medida que pasa el tiempo, el organismo procede a crear una conexión ósea directa con el implante, lo que se conoce como osteointegración, por lo que pasa a integrarse con el resto de estructuras anatómicas adyacentes.
Siempre dependerá de los cuidados, mantenimiento y condiciones de cada paciente. La longevidad de los implantes normalmente es siempre superior a los 15 años. Lamentablemente, nunca es posible asegurar que un implante dure toda la vida. Los implantes son una de las mejores y más duraderas soluciones para el reposicionamiento de piezas dentales perdidas, pero como todo en el organismo tiene un periodo de duración. ¿Cómo no se van a caer con los años los implantes? La publicidad engañosa y los intereses mediáticos han hecho que tengamos una percepción equivocada de los implantes, de ahí que muchos pacientes acudan a consulta para quitarse sus dientes y ponerse implantes. Algo que se debe dejar claro es que como sus dientes naturales no existe nada y que los implantes tienen sus indicaciones y una de ellas es reponer dientes perdidos o fracasados en los casos que no se puedan mantener.